Regresando a los vehiculos con venta de fruta, posicionados de la zona de mayor tráfico, sus llamativas cartulinas promocionando precios muy comodos, sandías, naranjas, uvas, cocos, desbordando. Hacen de un ¨atractivo¨ irresistible, informal, fruta que se antoja mas natural, orgánica, de campo. - es de San Quintin jefecito, confirma el vendedor -privilegio adicional de los que habitan esta franja fronteriza, una zona productora a poca distancia-. Este cuadro hipnótico, baja un poco la guardia al estres cotidiano de la ciudad, te deja llevar por un servicio interpersonal, pides que el vendedor escoja la más de las sabrosas frutas por el precio señalado (por ser él, el de experiencia). Allí termina el ¨transe¨, el precio no es el mismo - a no ser que decidas por mercancía de merma- , vuelves la guardia arriba, ahora escojes tu mismo, se levanta conflicto, te empeñas a obtener lo que te hizo detener el recorrido original, mas conflicto... el cierre de la transacción con insatisfacción de una de las partes o las dos. No es lo que se buscaba, la proxima vez pensaras dos veces detenerte en el ¨informal¨ antes de acudir al autoservicio (supermercado) en donde como el termino lo sugiere, lo haces tu mismo pero sin el conflicto.
Que pasara ahora con la otra parte... el nuevo emprendedor que limita sus oportunidades de éxito, que es verdugo propio, dificulta su trayecto de salir de la ¨situación¨lastimera, lo sufre...
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